Sobre Nosotros

El Festival / Historia

Siempre me imaginé Habana Clásica como una temporada de conciertos, diseñada para conectar la realidad cultural cubana con la europea.

Fundado en 2017 por el pianista cubano Marcos Madrigal, el Festival Internacional Habana Clásica reúne, en la urbe de la cual toma su nombre, a importantes artistas locales y foráneos. Lo que comenzó como un ciclo de conciertos de apenas cuatro días, se convirtió en las siguientes ediciones en un evento interdisciplinario dedicado a celebrar, «una realidad en la cual se valora culturalmente aquello que no muere, lo imperecedero».

Dentro del circuito cultural citadino, Habana Clásica brinda la posibilidad de experimentar la música desde la diversidad de propuestas discursivas que en este espacio convergen. Para ello, intérpretes y gestores valoran las necesidades estéticas de los públicos, y eligen, con sumo cuidado y dedicación, los repertorios. Estos abarcan la producción de compositores canónicos reconocidos dentro de nuestro patrimonio musical universal, y aquellos que, desde la contemporaneidad, ponen a disposición del festival su obra. La premisa se materializa en la figura del «compositor en residencia», uno o dos creadores que asumen el reto de componer para los solistas y los formatos que se presenten. Sin dudas, una de las tantas cualidades que resaltan como únicas dentro del evento. 

La curaduría de los conciertos se enfoca principalmente en los catálogos camerístico u orquestal, y es que la motivación de trabajar programas de este tipo, radica en la complicidad de los músicos en la escena. Hasta la fecha en el festival han participado más de 60 intérpretes solistas provenientes de una docena de países, algunos de los cuales se han mantenido desde la primera edición. A ellos se han unido una selección de conjuntos de cámara y siete orquestas cubanas.

Habana Clásica ha trazado un sólido camino para el intercambio, tanto en los escenarios —mientras sucede la performance—, como entre músicos consagrados y aquellos que aún se encuentran en formación. De manera colateral se potencia el diálogo docente entre los participantes y los estudiantes del sistema de enseñanza artística, por lo que las clases y conferencias magistrales han devenido en protagonistas de las jornadas. Protagonistas a su vez resultan las presentaciones realizadas en el Instituto Nacional de Oncología y Radiología para niños, así como en el Convento de Belén para los adultos mayores. Se trata de acercar la música a las personas que, por diversos motivos, no pueden acceder a los recitales. El festival apuesta además por la integración de las artes, es así que el vínculo con artistas visuales y las presentaciones músico-danzarias y teatrales son una constante de los programas.

El noble oficio de la luthiería también ha encontrado asidero en los predios del festival. Durante las ediciones se han presentado varios instrumentos de cuerdas, entre ellos, el primer violoncello modelo cremonense hecho en Cuba a cargo de Juan Carlos Prado, y el primer violín con etiqueta Habana Clásica de manos de Aleksandr Schetyna. De igual modo, se presentaron dos clarinetes de la casa RZ Woodwing Manufacturing-Czech Handcrafted Instruments. Tanto el violín como los clarinetes se donaron a intérpretes cubanos.

Con sede principal en el centro histórico habanero; sus salas de conciertos y plazas se convierten en el escenario predilecto para hacer sonar la música. Por segunda ocasión, el evento contó con el respaldo de la Cooperación Suiza (Cosude) en calidad de donante líder. La V edición, la más ambiciosa de las realizadas hasta el momento, logró reunir más de un centenar de artistas entre solistas y orquestas de Alemania, Canadá, Cuba, Estados Unidos, Francia, Italia, Líbano, Mali, México, Países Bajos, Paraguay, Polonia, Reino Unido, Siria, Suecia, Suiza y Túnez. El Fondo de Arte Joven (FAJ), plataforma cultural de Cosude que apoya la creación artística emergente, lideró la gestión financiera y operativa del festival, de conjunto con el Gabinete de Patrimonio Musical Esteban Salas. El festival contó, además, con el auspicio de la Asociación Cultural Habana Clásica (ACHC) con sede en Roma, Italia, la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana (OHCH) y el Instituto Cubano de la Música (ICM).

 

El Festival Habana Clásica pretende, con la promesa de momentos memorables, reanudar el tiempo y desdoblar el propósito social, ético y estético, el compromiso con la Cuba de todos, siempre de cara a la música, a las muchas músicas heredadas a través de los siglos, siendo la belleza el único acompañamiento eterno que nos es posible.

Objetivos

  • Promover el intercambio cultural y la colaboración artística entre músicos cubanos y extranjeros.
  • Difundir el patrimonio musical cubano ante audiencias internacionales.
  • Acercar la música clásica a nuevos públicos mediante presentaciones en espacios no convencionales.
  • Ofrecer formación musical de calidad a jóvenes estudiantes de música cubanos.
  • Llevar la música a todos los públicos, con énfasis en aquellos grupos con acceso limitado.

Misión

Habana Clásica apuesta por ofrecer una experiencia única y enriquecedora a través de la música  en un festival que celebra la excelencia artística, la diversidad cultural y la innovación en las propuestas interpretativas. Desde la propia concepción de la temporada de conciertos, se busca difundir los valores de nuestro patrimonio cultural entendido como vehículo para sensibilizar y conectar a intérpretes, estudiantes y audiencias. Con un enfoque multi e interdisciplinar nos enfocamos en dinamizar la realidad musical habanera propiciando un espacio sólido para el intercambio cultural.

Visión

Habana Clásica aspira a establecer alianzas que tributen a la formación de las nuevas generaciones de músicos en Cuba, multiplicar las oportunidades para que jóvenes artistas puedan mostrar su talento, ser referente, dentro de la esfera social, como espacio de diálogo intercultural y servir de puente para hacer de la música clásica un producto accesible a todos.